martes, 25 de abril de 2017

EXCURSIÓN A LA NIEVE

El pasado 4 de marzo una expedición tuercepedal de lo más variopinta se acercó a los Llanos del Hospital para disfrutar de una mañana de nieve. Carlos y Héctor alquilaron raquetas de nieve para pasear (a Lucas no le hacen falta) y Juanlu, Pablo y un servidor se subieron las bicis para probar a pedalear por la nieve.
Tras un comienzo algo accidentado en el que rompimos una cadena, nos prohibieron pasar y Juanlu se tuvo que dar la vuelta por falta de tracción, nos quedamos Pablo y yo de avanzadilla, lo normal cuando éramos los únicos con fat bike.

La experiencia es muy divertida y aunque cuesta muchísimo esfuerzo avanzar merece la pena sólo por disfrutar del entorno. Hay que aclarar hasta qué punto te pueden prohibir usar las pistas de esquí de fondo, ya que en ningún momento se pisan las huellas, pero sería muy interesante poder repetir una vez al año si se puede.

Gracias a los Carlos por algunas de las fotos.














martes, 10 de enero de 2017

DATOS DATOS DATOS!

Un año más ha pasado y he aquí algunos datos de 2016. 


CICLISMO

 - Distancia recorrida: 4721 km
 - Horas pedaleando: 270 horas
 - Número de actividades: 117


NATACIÓN

 - Distancia recorrida: 106 km
 - Horas nadando: 37 horas
 - Número de actividades: 54

En total han sido 307 horas haciendo ejercicio en 171 actividades.



TOP 5 DE SALIDAS EN BICICLETA



Desde hace un tiempo estoy utilizando la página IBP INDEX para cuantificar la dureza de algunas de mis rutas. Independientemente de la estadística de la dureza esta página está muy bien por la cantidad de datos adicionales que ofrece, sobre todo los relacionados con las subidas. La página te ofrece un dato numérico que cuantifica la dureza de la ruta en función de unos parámetros, evidentemente no tienen en cuenta los parámetros subjetivos como la meteorología, estado físico o deterioro de la carretera, pero es un buen dato estadístico.




NÚMERO 5: Vuelta por la Fueva (11/06/2016) 150 puntos ibp.



Si la temida vuelta por la Fueva está en la quinta posición no quiero saber cómo serán las demás. Esta ruta arroja un desnivel positivo medio por kilómetro de 22'04 m.



NÚMERO 4: COL DE BEYREDE (19/07/2016) 150 puntos ibp.





Misma dureza que la ruta anterior pero con 17 kilómetros menos y es que estamos hablando de los Pirineos, con tres colosos como el desconocido col de Beyrede, el ya familiar Hourquette d'Anzizan y el interminable Pla d'Adet no podía ser menos. El desnivel positivo medio por kilómetro de 25'77 m que demuestra que cuando se sube se sube.


NÚMERO 3: VUELTA AL TOZAL DE ASBA (3/04/2016) 172 puntos ibp.






Esto se pone serio. Si las dos primeras rutas tenían un coeficiente de dureza de 150 esta lo tiene de 172 pero en 72 kilómetros. Ciertamente es una ruta en la que no paras de subir y bajar y cuenta con uno de los peores tramos de pista que conozco. Tozal de Asba igual a dolor. Desnivel positivo medio por kilómetro: 31'76 m, el valor más alto de todo el ránking. 


NÚMERO 2: VUELTA POR EL SERRABLO Y BARBASTRO (Sí, el mismo día) (17/05/2016) 191 puntos ibp.






Entrenando para la Luchon-Bayona salió este extraño día en el que estando yo en Boltaña quedé con Héctor que estaba en Naval para bajar a Barbastro en bici. La dureza ya no está tanto en las subidas, más bien en la distancia. Desnivel positivo medio por kilómetro: 17'97 m.


NÚMERO 1: AND THE WINNER IS... ¡ETAPA 1 DE LA LUCHÓN - BAYONA! (25/06/2016) 278 puntos ibp.






Efectivamente, la ganadora del 2016 y posiblemente de todos los años venideros es el primer día de la Luchón - Bayona. Por todos conocidos es ya este mítico recorrido por lo que no hace falta explicar de dónde sale tanta dureza. Desnivel positivo medio por kilómetro: 24'49 m.

Y como los datos por sí solos son solo datos e aquí unas comparativas para situar mejor mis rutas de este año:

Etapa 1 Luchón - Bayona                           278

Pax Avant (mediana) 2014                         251

Naval Tourmalet                                         237

Quebrantahuesos                                        234

Puertos de la Ribagorza (larga) 2014         196

viernes, 14 de octubre de 2016

100 x 15 = 2109,75

La explicación a tan extraña cuenta que pongo en el título la encontraréis en el libro que ha escrito mi buen amigo y compañero Fernando Torres. Toda una oda a la ilusión y a la perseverancia. Enhorabuena Fer. Enhorabuena por haber cumplido un sueño y por poder compartirlo con todos.

Y sí, me lo he leído


jueves, 6 de octubre de 2016

MONTE TORO (MENORCA)

Ya estamos aquí de nuevo, después del parón estival vuelvo para relatar las excursiones velocípedas que vaya haciendo durante el otoño amén de otras historias. La primera reseña es de una placentera vuelta que di por la isla de Menorca aprovechando mis vacaciones con Patri. La verdad es que intento no dejar ningún destino sin mi vuelta en bici de rigor. Dejé la ruta para la improvisación, una vez que estuviera allí ya vería que posibilidades había, pero una cosa era casi segura, debía subir al monte más alto de toda la isla: el Monte Toro con sus 320 metros. Y vaya si cumplió con las expectativas, 3 km al 9% de pendiente media pero con rampas del 20% en algunos tramos, y es que qué se le va a hacer, la cabra siempre tira al monte.
Menorca tiene una gran oferta de alquiler de bicicletas, por lo que no tuve ningún problema en alquilar una bici unos días antes, supongo que al ser septiembre ayudó. La ruta comenzó desde la misma tienda de bicis en Ciudadela. No iba a ser una ruta complicada a excepción de esos 3 km de ascensión al santuario pero el calor y algún repecho intercalado me hacían estar un poco temeroso de lo desconocido. Menorca es un destino muy turístico que tiene que soportar una gran cantidad de gente durante el periodo estival y en consecuencia un tráfico intenso. Para solucionar este problema han construido una buenas circunvalaciones y una gran cantidad de rotondas, por eso me costó salir de Ciudadela. He podido contar hasta 7 rotondas sólo para rodear el pueblo. Una vez encarado hacia el este por la carretera principal de Menorca pude apreciar un buen arcén y bastante limpio, lo que sería una constante en casi todo el recorrido. Un inconveniente que me preocupaba era el tráfico que soportaba esa carretera pero entre la anchura de la calzada y la baja velocidad de los vehículos no tuve ningún problema. Otro de los inconvenientes que podían aparecer era el aire, pero de momento no iba a ser el caso. Los primeros kilómetros en ligero ascenso atravesaron algún polígono y algo de industria para luego hacer algunos toboganes y dejar paso a los campos y fincas para las vacas menorquinas. En Es Mercadal hay que coger el desvío a la izquierda para ascender al santuario del Monte Toro y la subida arranca en la salida de la misma población. Como uno es un iluso probé a subir ligero, sin forzar al máximo pero sin relajarme. Este hecho duró apenas el primer kilómetro, el cual comienza suave para terminar mirando al cielo en el interior de alguna curva. El segundo directamente me sobraba y en el tercero no me bajé de la bici porque había gente cerca, que si no... Total que terminé completamente exhausto y fundido. En realidad es una subida bonita con curvas y buenas vistas, pero hay que retorcerse y mucho en sus salvajes rampas. Menos mal que la bici llevaba un piñón de 30 dientes, ¡menos mal!. Cuando admiré las vistas y recuperé el resuello puse rumbo a Ciudadela por donde había venido, ya que no existe otra posibilidad para ir al oeste de la isla si vas por carretera. Para volver me tocó apretar en un par de buenos repechos pero por lo menos no hubo que sufrir por el aire. Eso sí, para entrar a Ciudadela pasé por otras 5 rotondas.

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Puerto de Ciudadela
Entrada al puerto de Ciudadela
Cala Algaiarens
Cala Morell
Puerto de Mahón

¡A tope!
Ciudadela de noche
Bahía de Fornells
Cala del Pilar

Bahía de Fornells desde el Monte Toro
Es Mercadal desde el Monte Toro
Vistas del hacia el este desde el Monte Toro
Jesucristo Superstar. Yeah.



viernes, 22 de julio de 2016

COL DE BEYRÉDE - HOURQUETTE D'ANCIZAN - PLA D'ADET

Y otra nueva incursión por Francia para pedalear por sus magníficas montañas. Hace menos de un mes que pasé pedaleando por Arreau pero una proposición de David me animó a volver al valle del río Neste. Su misión era coger fondo para la Perico Delgado de agosto y yo, aprovechando el fondo de la Luchon - Bayona, descubrir algún puerto que tenía pendiente, y vaya si los descubrimos. Por orden de ascensión los puertos fueron:



COL DE BEYRÉDE



Es un puerto relativamente desconocido, fuera de la órbita del Tour por su mala comunicación con el siguiente puerto, el col de Aspin, pero ya no lo es para David y para mí. Dimos buena cuenta de su subida, o más bien el puerto dio buena cuenta de nuestra persona. Nada más arrancar, en el mismo pueblo de Beyréde, cerca de Sarrancolin, la carretera se pone al 13-15% durante un kilómetro entero. Después viene un tramo de relativo descanso (4-6%) para coger aire para el resto de la subida, que alterna algún kilómetro entero al 13% con breves descansos. El último kilómetro es el más asequible y te deja en una especie de altiplano del que parten multitud de caminos. Dos de esos caminos, y son caminos porque casi no queda asfalto, dan a la vertiente del Aspin que desciende al Lac de Payolle.








HOURQUETTE D'ANCIZAN


Una de las bajadas del col de Beyréde nos dejó directamente en el Lac de Payolle, lugar donde aprovechamos para repostar con un crep de Nutella y llenar el bidón con agua fresca. Es una ascensión más llevadera que la anterior y una de las más bonitas de la zona, alternando bosques con prados siempre verdes. La cantidad de gente que hay durante los primeros kilómetros comiendo, haciendo excursiones o simplemente estando es increíble. 




 Ahí hubo un crepe de Nutella
 Última rampa del Hourquette
 Vistas del valle del río Neste
El Aspen a la izquierda



PLA D'ADET


Y para postre y cuando más calor hacía (pero calor calor) nos dejamos este coloso, por lo menos para mí lo es a partir de hoy. Todo el mundo se puede imaginar que es una subida dura, ya que sus primeros kilómetros, tallados en la montaña, se ven desde casi cualquier punto del valle. Pero una cosa es imaginárselo y otra diferente hacerlo a 35 ºC y con otros dos puertos encima. La sucesión del porcentaje de subida de los primeros kilómetros asusta con sólo echarle un vistazo: 4%, 9%, 10%, 10%, 9%, 9%. Realizados en apenas un zig-zag estos kilómetros te llevan hasta el pueblo de Soulan, haciendo obligatoria una parada en su fuente para refrescarnos. A partir de ahí aún queda algún kilómetro duro pero lo peor ya ha pasado. En la cima se encuentra la estación de esquí.



 Cima en Pla d'Adet, al fondo se ven las curvas del Portet
¡Nuestra recompensa!

Pasamos un día de mucho calor, como muy pocas veces he visto en el Pirineo, pero siempre merece la pena con tal de descubrir nuevas subidas y de disfrutar de bonitos paisajes.






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viernes, 8 de julio de 2016

LUCHON - BAYONA 2016

ILUSIÓN


En el momento de crear este blog (17 de noviembre de 2013) la idea de realizar la Luchon - Bayona ya llevaba varios meses rondándome por la cabeza, de hecho fue la razón principal de la existencia de este blog. Nació con una idea muy clara: comentar las aventuras y desventuras que me fueran ocurriendo a medida que preparaba la prueba.

Prepararme para tal fin supuso una motivación enorme para entrenar largas distancias. Fue el descubrimiento de una modalidad de ciclismo que te permite disfrutar de nuevos mundos, tanto cerca de tu casa como lejos de ella, y para un "currante" como yo suponía una vía de escape de un trabajo a turnos en una nave sin vistas al exterior.



SACRIFICIO



De esta lucha por llegar más lejos surgieron cosas buenas, como la natación a consecuencia de mis problemas de espalda, o el aprendizaje de lo que le hace falta a tu cuerpo para tantas horas de ejercicio, pero sobre todo las aventuras en las que uno se embarca.

También, de manera inevitable, hubo momentos duros en los que compaginar un trabajo muy físico con los entrenamientos se hacía muy cuesta arriba, o los momentos de soledad sobre la bicicleta.
En realidad estaba todo dispuesto para intentar la Luchon - Bayona en el 2014, pero entre mi calendario laboral y mis ansias pretendí hacerla del tirón yo solo y como era de esperar "sólo" pude realizar la primera mitad, pero volví de allí con la lección aprendida y las cosas bien claras, sabiendo cuales eran mis limitaciones. Fue otro paso más para poderla realizar algún día.
Y sin pretenderlo ese día iba a ser en la siguiente edición, en la de este año 2016. Mi intención era tener un año tranquilo y a ver qué surgía, pero una vez más mi calendario laboral decidió por mí brindándome la oportunidad de poder realizarla. Y es que entre que la prueba se realiza cada dos años y yo no tengo fiesta la mayoría de fines de semana la decisión se tomó enseguida.



DIVERSIÓN





Y por fin llegó el acontecimiento deportivo más importante de mi pequeña historia particular. Ha habido más, pero este siempre ha tenido algo especial, no sé si por su dureza o quizás por su historia, pero esta ruta en particular tiene algo especial.

Una vez más embarqué a mis padres en uno de esos líos que no a todo el mundo le gustan para que me acompañasen. De nuevo les vuelvo a dar las gracias por hacerme esto mucho más fácil y llevadero.
Nada más llegar a Luchon el viernes ya se percibía el ambiente ciclista que acompaña a estas pruebas: ciclistas por la calle, coches con más bicis en los portabicicletas, gente de un lado para otro... Todo muy diferente a 2014. Al no ser una prueba muy masificada no tardamos nada en retirar el dorsal y aclarar las dudas pertinentes, todo en francés, claro, pero eso no suponía ningún problema para mis padres, ¡bien por el staff técnico!. Después de dejar las cosas en el hotel y pactar el desayuno a las 5:30 de la mañana (ufff...) fuimos a cenar por ahí. Cenamos realmente bien y estaba claro viendo los restaurantes que al día siguiente allí había una prueba ciclista. Mientras cenábamos cayó una tormenta para prepararnos para lo que vendría al día siguiente. Nada más cenar nos pudimos juntar por fin con Paco y su cuñado Antonio, que habían venido con la organización desde Bayona. Eso sí que es una aventura, realizar la prueba sin ningún tipo de apoyo. Para mí suponía una alegría contar con algún conocido sobre la carretera.
De esta guisa estaban ya adornados los escaparates de Luchon, llegada del Tour de Francia

El despertador sonó muy pronto el sábado y una vez más no pude dormir mucho durante la noche, lo que hizo que me levantara con un "¡por fin" en mi cabeza. Durante el desayuno coincidí con unos vascos que harían la ruta en el día. Físicamente eran igual que yo: dos brazos, dos piernas y la necesidad de "visitar a roca" después del café con leche, pero en ese momento me parecieron hombres extraordinarios. Más tarde, mis padres coincidieron en el desayuno con la mujer de uno de los participantes que había ido tres días antes en bici "tranquilamente" desde Hendaya hasta Luchon para volver el sábado del tirón aprovechando la prueba. Para mí todo esto de las brevets tiene algo surrealista. Técnicamente, y de esto me enteré gracias a Antonio, la Luchon - Bayona no es una brevet, es una cyclomontagnarde, y se diferencian en que en las primeras vas en modo de supervivencia, sin avituallamientos organizados ni la posibilidad de rodar con equipo, y en las segundas es lo más parecido que hay a una cicloturista, con avituallamientos y la posibilidad de rodar como quieras. Pero bueno, en mi caso no haré mucha distinción.

Paco y Antonio también madrugaron bastante y nos pudimos juntar bien pronto en la línea de salida. Nuestra modalidad, "touriste", consistente en la realización de la prueba en dos días, tenía la salida programada a las 7:00, y la modalidad "randonneur", consistente en realizar la prueba en un solo día, la tenía programada a las 6:30. Siguiendo el consejo de una persona de la organización el día de antes nos pusimos lo más adelante posible y pudimos sellar el libro de ruta a las 6:35, y es que nos iba a hacer falta todo el tiempo posible.
 Momentos antes de la salida

Después de alguna foto más empezamos a pedalear por el pueblo de Luchon. A mi mente venían recuerdos de hace dos años cuando intenté hacer esta locura del tirón y yo solo. Definitivamente esta vez la cosa iba a ser diferente.

Sin tiempo para calentar afrontamos las primeras rampas del Pyeresourde (15'2 km al 6'1%). Éramos un chorro continuo de gente y nosotros habíamos salido entre los 50 primeros más o menos, íbamos a estar acompañados todo el día. Yo tenía la mirada puesta en el cielo, el cual estaba totalmente encapotado, no pintaba nada bien. Entonces sucedieron varias cosas en poco tiempo, con apenas 12' minutos recorridos me hicieron una mención al maillot que llevaba puesto de ciclismo 2005, ese lugar de reunión virtual para aficionados al ciclismo. Un momento después Antonio tuvo el dudoso honor de tener el primer "crevasion" de la Luchon - Bayona 2016 y mientras estábamos arreglando el pinchazo hubo otra mención al maillot de ciclismo 2005. Es curioso ver como una comunidad virtual se reconoce físicamente cuando se ve. Con el pinchazo arreglado tratamos de concentrarnos un poco para coger ritmo. Con las fuerzas intactas el Peyresourde es un puerto que se hace bien, aunque el final estés deseando acabarlo. En todo momento vimos ciclistas de todo tipo y condición. Una vez arriba tocaba abrigarse y ser cautos en la bajada, pues había mucha niebla y el firme estaba mojado.


Tiempo de ascensión en 2016: 1h 20' con pinchazo incluido.

Tiempo de ascensión en 2014: 1h 12'.


Después de la fría bajada del Peyresourde se agradecieron las primeras rampas suaves del col d'Aspin (12'3km al 6'8%). Aproveché para echar un bocado mientras me quitaba el chubasquero, ya bastante mojado, y evitar posibles pájaras en las subida, había un avituallamiento arriba pero hacía ya un buen rato que habíamos desayunado. El Aspin y yo ya somos viejos conocidos pero me sigue dando mucho respeto, siempre que lo comparas con el próximo Tourmalet parece que no vaya a ser nada pero puede resultar un muro con kilómetros enteros al 8-9%. Por suerte Paco y Antonio estaban allí y eso supuso una ayuda durante toda la ruta. Con las fuerzas aún igualadas subimos juntos casi hasta arriba. En el col había que poner el segundo sello en el libro de ruta y comer algo en avituallamiento, que mencionaré detenidamente más adelante. Por supuesto había mucha gente intentando hacerse la foto de rigor en el cartel y entre eso y el mal día apenas saqué el móvil para inmortalizar el momento.



 Antonio y yo en el Aspin
Avituallamiento del Aspin


Tiempo de subida en el 2016: 1h 09'.

Tiempo de subida en el 2014: 1h 11'.


En la bajada del Aspin nos terminamos de mojar por completo con las maldita niebla/lluvia y pasamos bastante frío. Cuando me guardé el chubasquero en la bolsa de delante ya estaba todo mojado y apenas llevábamos 60 km. En Sainte Marie de Campan aprovechamos a rellenar los bidones en su mítica fuente y pusimos rumbo al cielo. El col du Tourmalet (17'2 km al 7'4%) con sus 2115 metros de altitud es el techo de la prueba y el juez de la misma. Después de este puerto aún quedan el Soulor y el Aubisque, pero es en el Tourmalet donde te tienes que saber regular si quieres llegar a Argelès-Gazost con opciones de acabar. Sabes que son cerca de dos horas de ascensión sin descansos y que te puedes vaciar. Por suerte uno ya sabe de qué va la cosa y en cuanto vi que el ritmo de Paco y Antonio era superior al mío les dejé marchar sin intentar engancharme a ellos en ningún momento. En esos momentos estás sólo tú y el Tourmalet. Durante la ascensión, como en prácticamente el resto del día, no pudimos ver nada del paisaje, de hecho no pudimos ver a 50 metros más allá de donde estábamos a causa de las nubes y la niebla. Estuvimos todo el día metidos dentro de ella e hizo las subidas un poco tediosas. Me aprendí cada imperfección de la cubierta delantera. Con una buena dosis de paciencia coroné el Tourmalet con buenas sensaciones, poco a poco veía el objetivo de llegar a Laruns más cerca. Arriba me estaban esperando mis padres, algo impagable, pues me pude poner ropa seca ¡y de invierno!, para la bajada, todo un verdadero lujo que hizo que el frío y el agua en las bajadas no fueran ningún problema.



 Momento justo en el que me descuelgo de Paco

 Parada obligatoria en la Mongie
 Coronando el Tourmalet
¡Bendita ropa seca y de invierno!

Tiempo de subida en 2016: 1h 59'.

Tiempo de subida en 2014: 2h 02'.


La vertiente de bajada no estaba en mejores condiciones que la de subida, en los primeros kilómetros apenas se veía nada y el frío amenazaba con atenazar todos los músculos. A mitad de descenso había un nuevo avituallamiento y un nuevo sello que poner en el libro de ruta.

Tras 35 km de descenso y terreno favorable llegamos al pueblo de Argèles-Gazost, donde me estaban esperando mis padres para comer. Llevar la fiambrera ese día también fue otro pequeño lujo. Sin parar mucho tiempo para no quedarme frío me despojé de toda la ropa de invierno y me puse de nuevo de corto. Recién comido y seco se ven las cosas de otra manera y empecé a subir los 18 km del col du Soulor con la convicción de que era el último esfuerzo y esto estaría hecho. Una vez arriba sabía que hasta el col d'Aubisque era coser y cantar. El Soulor más el Aubisque (30'2 km al 4'1%) es una brutal combinación de puertos que un día por sí solos representan un reto a superar, pero un día como el de la Luchon - Bayona en el que ya llevas cerca de 8 horas dando pedales resulta algo casi absurdo. Mi secreto fue, como el de todo el mundo, echarle paciencia y pedalear, pedalear y pedalear. Sucede, además, que al contrario que en los puertos anteriores, el Soulor no sube con una rampa constante y mantenida, no señor, el Soulor alterna rampas muy duras con breves descansos que hacen que justo en la parte final tengas que retorcerte sobre la bici, otra dificultad añadida para los que no les van muy bien las rampas de más del 10% (¿y a quién sí?). Una vez más nos tocó mojarnos subiendo y pedalear metidos en la pesada boira, haciendo, si cabe, más cansada la ascensión. En esta subida, me vino a las mil maravillas el intento anterior del 2014, porque el Soulor es una subida que engaña y si encima no puedes ver casi nada te puedes venir mentalmente abajo. Como en una buena película, cuando más falta me hacía aparecieron mis padres de entre la niebla y pude vislumbrar el avituallamiento detrás de ellos, un avituallamiento que a los que queremos hacer la Luchon - Bayona por primera vez es de lo primero que nos hablan. Los avituallamientos de esta marcha merecen un capítulo aparte, no hay de todo en todos los avituallamientos pero yo llegué a ver: bocadillos de panceta recién hecha, bocadillos de foie gras, queso, arroz con leche recién hecho, bizcocho, chocolate, chocolate caliente, caldo, café, frutas, ciruelas pasas e incluso sales minerales. Seguro que algo me dejo. Di buena cuenta de ello y he de decir que pocas veces me ha sentado tan bien un avituallamiento. Dos arroces con leche calentitos con el frío que hacía me hicieron venirme arriba y darme cuenta de que lo peor ya había pasado. De nuevo otro sello en el librito y a continuar.


Tiempo de subida al Soulor en 2016 hasta el avituallamiento: 1h 49'

Tiempo de subida al Soulor en 2014 hasta el avituallamiento: 1h 44'


De nuevo tocaban dos kilómetros cortos pero malos de bajada y agua para afrontar las últimas rampas que nos llevaron hasta el Aubisque. Este tramo no tiene grades dificultades salvo la propia del cansancio y la climatología. El arroz con leche me hizo "volar" en este tramo y enseguida coroné el Aubisque, esto ya estaba hecho, aunque no tuve mucho tiempo para relajarme pues el mal tiempo no invitaba celebraciones. Me puse de nuevo de invierno y rápidamente a chupar agua bajando, fueron 16 kilómetros en los que no quiero ni pensar en el frío que pasaron algunos. Pasé rápidamente Laruns y a la salida me encontré con Paco y Antonio ya duchados y cambiados. Qué máquinas, iban sin apoyo de ningún tipo, qué gente más fuerte. Quedamos para el día siguiente y nos despedimos. Mi meta estaba en el desvío del Marie Blanque unos kilómetros más adelante, ya que dormimos en un pueblo situado en esa vertiente del famoso puerto, puerto que no tuve a bien hacer por razones evidentes.



Kilómetros del primer día: 168'24 km

Horas totales: 11h 57'
Horas en movimiento: 9h 50'
Desnivel: 4400 m
Temperatura media y mínima: 11ºC y 7ºC


 Terreno falso llano de Arrens-Marsous
 Coronando el Soulor
 Avituallamiento




 ¡Pero qué bien sienta!

 Hay que motivar un poco al staff técnico
 Una vez más, sin poder ver el impresionante circo de Litor
 Malas condiciones climatológicas

 Laruns desde la bajada del Aubisque
 Vistas desde el hotel con nubes bajas y a algunos que aún les faltaban unos 150 km



INCÓGNITA



El segundo día era una verdadera incógnita para mí: Nunca había pedaleado tanto rato y nunca lo había hecho dos días seguidos. Además, tocó otro madrugón de los buenos.

A la hora convenida nos encontramos Paco, Antonio y yo en la rotonda del Marie Blanque, lugar por donde hacía pocos días había pasado la Quebrantahuesos también con un mal día en lo referente a lo climatológico. Nosotros este día lo empezamos con lo mismo que lo habíamos dejado el día anterior: nubes bajas y humedad. Mi único consuelo era esperar a alejarnos de las montañas para ver si dejábamos las dichosas nubes atrás.
Los primeros kilómetros hasta Oloron son favorables, lo que nos permitió rodar bien, bastante rápido diría yo. En un día como ese en el que las piernas están cansadas y hay muchos kilómetros llanos es vital meterte en un grupo para poder avanzar más rápido con menos esfuerzo, ya que si te quedas solo se te puede hacer un día eterno. Con esta premisa fue Antonio el que se puso a comandar el grupo, y bien que lo hacía, se puso a tirar derrochando generosamente sus energías (¿de dónde las había sacado?) para que Paco y yo fuéramos a rueda, el problema era que a Paco y a mí nos dolían muchísimo las piernas y en los repechos nos quedábamos irremediablemente. Tal era el ritmo que en Oloron, donde volvimos a sellar de nuevo, ya habíamos pillado a un grupo de vascos, y tal era el ritmo que unos kilómetros antes Mauleon-Licharre éramos un grupo de unas 20 unidades. Increíble el trabajo de Antonio delante del grupo, parecía que era el instigador. Por nuestra parte, Paco, más precavido, y yo, totalmente amarrategui, nos manteníamos en posiciones más traseras. Como en todo grupo de cicloturistas los relevos no eran constantes y alternamos ratos de ir con el gancho puesto con ratos de descanso pero lo importante es que los kilómetros iban pasando y las piernas respondiendo.
En el pueblo de Musculdy comenzó el último puerto de la Luchón - Bayona, el col de Osquich (5'1 km al 5'7%), una tachuela comparado con los del día anterior pero una nueva punzada de dolor en las piernas a esas alturas. Como estaba previsto me descolgué en la primera rampa, dejando a Paco y Antonio por delante. En ese momento nos dio caza un gran grupo que venía detrás y la carretera se llenó de nuevo de ciclistas. El Osquich en un bonito puerto de suaves colinas y prados que efectivamente recuerdan algo al País Vasco. Parece una frontera natural entre los Altos Pirineos y los Pirineos Atlánticos. Arriba nos esperaba el último avituallamiento en carrera, donde repusimos fuerzas y sellamos por penúltima vez. A partir de aquí sabíamos que nos esperaba un terreno rompepiernas donde yo, previsiblemente, me iba a quedar. Faltaba aproximadamente la mitad del recorrido pero yo veía el final muy cerca, eso era buena señal. Aunque me quedara de Paco y Antonio sabía que no tardaría mucho en encontrar otro grupo. Faltaban kilómetros duros pero para mí lo duro ya había pasado. Iba a disfrutar y todo en los últimos kilómetros.
El descenso del Osquich fue rapidísimo, menuda pendiente había. Un poco más adelante aguanté una subida como pude en el grupo, pero sabía que no podía aguantarles ese ritmo así que le dije a Paco (Antonio comandaba el grupo más adelante) que si el próximo repecho era largo me quedaría a mi aire. Así fue. Tuve que empezar a racionar las fuerzas que me quedaban. Después estuve unos minutos con algunos compañeros de ruta que llevaban un ritmo más razonable en esas circunstancias. Puede relajarme un rato y recuperar. Como era de esperar nos alcanzó un grupo bastante numeroso y aproveché para ponerme a rueda y que me llevaran. Lo primero lo conseguí a duras penas, qué rápido iban, pero lo segundo no fue un paseo precisamente. A partir de ese momento empezó el rato más alocado de toda la ruta: subían y me descolgaba unos metros, bajaban y los alcanzaba, había curvas, coches, me pegaba unos sofocones de campeonato, mis piernas habían pasado muchos de sus límites. No sé por qué dejarlos marchar no era una opción. Mientras tanto pillé a Paco y a Antonio. Antonio en ese momento estaba acusando el derroche de energías pero Paco se estaba viniendo arriba, increíble. Pues así estuvimos peleando unos kilómetros que nos dejaron muy cerquita de Bayona, estaban mereciendo la pena. Yo tuve que decir basta y antes de explotar definitivamente me paré con mis padres a beber algo de sales y a comerme una napolitana de chocolate, cómo me gustan estos pequeños placeres. Ahora me daba igual pedalear solo. Estaba a poco más de una hora y pensaba disfrutar en solitario de la llegada a Bayona. No mentiré, se me hizo eterno, pero son momentos en los que aún así disfrutas por alcanzar tu pequeño gran reto. El gran momento fue cuando te das de morros con la ría de Bayona y sabes que has llegado. Y para más aliciente, Paco y Antonio tuvieron el detallazo de esperarme en el cartel de la entrada para hacernos la foto triunfal. Les estoy agradecido por ese detalle. De hecho fueron vitales en toda la ruta y me sirvieron muchísimo de ayuda. Después de callejear un poco por Bayona llegamos a un polideportivo, donde no había ninguna línea de meta pero sí otro espléndido avituallamiento.


Kilómetros del primer día: 152'6 km

Horas totales: 6h 07'
Horas en movimiento: 5h 39'
Desnivel: 1374 m
Temperatura media y mínima: 14ºC y 9ºC

 Col d'Osquich

 Vistas desde el col d'Osquich

 Terreno rompepiernas de aproximación a Bayona
 A rueda de los veteranos



 Bonitas y tranquilas carreteras antes de Bayona






¡Conseguido!
Libro de ruta

Para finalizar diré que ha sido toda una experiencia que me ha dejado muy buen sabor de boca. Será otra pequeña gran gesta para recordar.