viernes, 17 de junio de 2016

VUELTA A LA PEÑA MONTAÑESA EN BTT

Mientras escribo estas líneas habrá muchos cicloturistas que estén dando vueltas en la cama intentando conciliar el sueño de forma infructuosa, bien por los nervios o bien por la algarabía como consecuencia del partido de la selección. Para muchos de ellos la Quebrantahuesos es la gran cita del año, para otros una carrera más, pero una cosa es segura, esta carrera genera en todos una mayor emoción. Por mi parte, hace días que no entra en mis planes hacer la Quebrantahuesos, aunque podéis estar seguros de que me gustaría repetir si el proceso de inscripciones fuese diferente y mi calendario laboral otro. Así que ajeno a ese bullicio hoy me he buscado una ruta con la que dar por zanjado mi entrenamiento de la Luchon - Bayona. Lejos de intentar hacer los kilómetros que no he hecho en otras jornadas he intentado hacer algo que me apetecía desde hace días y que me dejase con buen sabor de boca. Quien en realidad tuvo la idea fue Jordi, que propuso esta ruta para no pasarme de esfuerzo a una semana vista de la carrera francesa pero que contenía su dosis de dureza.
Comenzando en el nuevo y flamante parking de Oncíns enseguida ponemos rumbo sur-este para seguir la dirección de la Peña Montañesa por su vertiente sur. Los primeros metros son en descenso hasta el barranco de Fosado, lo cual provoca que en nuestras piernas aún frías aparezca una sensación de malestar al comenzar a subir por el otro lado del río. Los repechones se van sucediendo e intercalamos trozos de pista con trozos de carretera hasta llegar al kilómetro 13 donde se encuentra el pueblo de La Cabezonada y su famosa cerveza Rondadora. Con una exigente subida final llegamos hasta el pueblo en busca de la primera ascensión seria del día: Foradada, temida por su pendiente y carretera recta y ancha. Afrontar un tramo de carretera de estas características con bicicleta de montaña y más si ésta es una de rueda gorda se hace bastante pesado, pero si algo se nos da bien es resignarnos y tener paciencia, así que al final no ha sido para tanto.
La primera parada la hemos hecho arriba, en el pueblo que da nombre al puerto y donde hemos echado un bocado que ya era necesario. Desde la salida del pueblo daba comienzo una pseudo-pista por la que teníamos que cruzar la Sierra Ferrera. Por supuesto y como no podía ser de otra manera aquello a comenzado a subir de lo lindo, intercalando fuertes rampas con algunos descansos, además, las piedras y la vegetación empezaban a hacer de las suyas en el camino. Habiéndonos calentado y recalentado definitivamente hemos llegado arriba, a los más de 1100 de altitud, donde nuestra ruta giraba rumbo norte para descender por sendero hasta Senz. El sendero circula por la falda de la Sierra Ferrera, regalándonos unas vistas aéreas de Campo que yo nunca había visto, sin duda un regalo para la vista el poder disfrutar de esta nueva perspectiva del valle del Ésera. A la altura de Senz no queda más remedio que coger la carretera (y digo carretera por ser generoso, es muy estrecha) y ascender lentamente hasta Viu, donde se acaba la carretera y comienza la pista hasta el Collado de Cullivert.
La subida es dura (5 km al 8%), comienza con apenas un poco de desnivel para luego subir a base de empentones y descansos. Hemos ido todo el rato por una zona boscosa pero que no he podido admirar mucho, sólo tenía ojos para la rueda delantera y el suelo. Realmente ha sido una subida muy exigente que nos ha puesto a prueba. Lo más emocionante ha sido cuando ha desaparecido el bosque y ha aparecido un bonito prado, el prado del collado que nos indicaba que ya estábamos arriba. El Collado de Cullivert es un lugar hermoso, a pesar de estar a 1471 m de altitud te hace sentir pequeño, y es que desde su apacible prado casi puedes tocar la Sierra Ferrera por un lado y el imponente macizo de Cotiella por otro, el cual no hemos podido ver entero a causa de las nubes altas. Desde aquí sale un sendero que cruza un bonito hayedo con varios toboganes. Este sendero nos ha enlazado con el último tramo de pista, en ascenso, por supuesto, que nos ha llevado hasta la Collada de la Peña Montañesa donde hemos recuperado un poco el aliento y nos hemos despedido de las subidas. En ese momento ya solo nos quedaba un largo descenso por sendero hasta Oncíns, el cual de idílico no tenía nada. Muchos tramos sí que eran sencillos, pero otros muchos tenían muchas piedras grandes, otros tenían muchas piedras grandes y una buena caída a la derecha y otros tenían de todo y encima te tocaba pedalear porque era subida. Pero estas cosas nos gustan para hacerlas de vez en cuando.

Ruta de 54 km, 1512 m de desnivel y 6 horas y 39 minutos pedaleando, supongo que es más que aceptable para un día que no buscaba hacer fondo.




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 Ermita de la Virgen del Pilar de Oncíns
 Carretera nueva, con cuneta y todo.

 Barranco Fosado
 Entre Oncíns y La Cabezonada, Vertiente sur de la Peña


 Alto Sierra Ferrera
 Collado Cullivert

 Cotiella, esta vez sin su cima característica
 El Turbón al fondo
 Sendero de hayas entre Cullivert y la Collada de la Peña



 La Collada de la Peña Montañesa


 Sendero de descenso hasta Oncíns





Mapa del primer cable telegráfico transatlántico.
Yo aún estoy flipando con esta historia. Y es que hoy ha habido tiempo para todo.



Una vez más me tomo una licencia para comparar uno de los puertos de hoy, la subida a Cullivert, con uno que no se le parece en cuanto a forma pero sí en cuanto a distancia y que todos conocemos, el alto de Torreciudad.





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