miércoles, 9 de diciembre de 2015

MEDIA MARATÓN ORBEA MONEGROS - SARIÑENA

Voy a hacer una pausa en mis entregas de "ideas para el año que viene" para comentar la excursión realizada ayer con Héctor.
La idea era hacer una ruta un poco larga para coger un poco de fondo y como coincidía que teníamos fiesta los dos, cosa rara, nos apetecía salir por un sitio que no fuera Naval. No sabíamos dónde ir, pero tres cosas nos dieron la idea buena. La primera fue que ir a la montaña era arriesgado por si la nieve había cortado ya algún camino a según qué altitud, la segunda fue que hacía muy poquito que se habían abierto (y cerrado) las inscripciones a la Orbea Monegros de Sariñena, y la tercera que yo trabajo ese día y no la puedo realizar. Así que nos decidimos a realizar la media maratón de 80 km por nuestra cuenta. Mucho bombo se ha creado en torno a esta marcha y esto se ve reflejado en sus 8000 inscripciones en 4 días y en la pequeña psicosis que hubo esos días en los círculos ciclistas que frecuento. En mi caso, con un vistazo rápido a mi calendario laboral se solucionó el tema. En realidad me alegro que en Sariñena hayan sabido pescar algo así.

La aproximación a Sariñena no estuvo exenta de cierta polémica a causa de algunos comentarios que nos habían llegado a Héctor y a mí por diferentes partes a cerca de lo fácil que ésta resulta. Eran comentarios que ninguneaban la distancia y el desnivel. Esas cosas me cabrean un poco, pues a mí me cuesta grandes esfuerzos realizar estas rutas (como así fue) cuando considero que soy un tío entrenado, lo justo, pero entrenado. Héctor coincidía conmigo, por eso bajábamos en el coche con la idea de comprobar si somos unos mierdas o si los demás tienen una genética especial para la bicicleta o si entrenan en secreto cuando nadie les mira o si directamente mienten.
A las 10:15 empezábamos a pedalear, por delante nos quedaban 80 km de "llano con un repecho fácil". En Naval no estamos acostumbrados a rodar en llano, por lo que iba a ser toda una experiencia. Los primeros kilómetros son llanos y transcurren entre granjas y regadíos así que todavía no veíamos ese desierto con el que se promociona la marcha. La temperatura estaba subiendo y yo pronto me di cuenta de que me había vuelto a equivocar de ropa, ya empezaba a sudar y es que estamos en diciembre y no sé cómo acertar con este tiempo. El ritmo era bueno, rodábamos todo el rato por encima de 20 km/h, no sé cuánto exactamente porque tengo la pantalla rota del GPS, pero es una velocidad impensable en Naval. A partir del kilómetro 24 ó 25 nos encontramos algún pequeño repecho, nada serio, pero nos obligaba a cambiar de plato y ponernos de pie, o si no, pedalear fuerte desde abajo. Poco a poco estos pequeños esfuerzos se van acumulando. Intentando adivinar por dónde transcurría la ruta visualizamos una antena en lo más alto de la sierra que teníamos al sur y daba la impresión de estar realmente alta, y efectivamente, la carrera pasa por ahí. La ruta sigue dirección hacia Sena y en este tramo nos encontramos un par de buenos repechos. Después bajada hasta el río Alcanadre por el que haremos unos kilómetros por su margen derecha, justo hasta el kilómetro 34, donde comienza la ascensión seria del día. Los primeros kilómetros me engañaron tremendamente, pues parecía que no estabas subiendo nada y que la bicicleta estuviera pegada al suelo. En este tramo, que a nadie le lleve a engaño como a mí, se alcanzan porcentajes de hasta el 4%, por lo que hay que tomárselo con mucha calma. Entre el calor y la sensación de falso llano este fue mi peor rato. Fue el mejor momento para parar y sacar el taper con arroz con calamares, y así se pasó el sofoco. Hicimos la parada justo al comienzo de la rampa más dura y sostenida aunque no llega a ser realmente dura. Después vino un descanso y nuevamente otro tramo de ascenso. En total son aproximadamente 9 km y 336 m de desnivel, ninguna broma para lo que aún queda. Una vez arriba aún hicimos unos kilómetros llanos hasta que empezamos a bajar. Hasta el kilómetro 58 alternamos las bajadas con los llanos y con pequeños repechos intermedios. El cansancio ya había hecho mella y el dolor de culo ya había aparecido, los kilómetros finales se iban a hacer duros, a pesar de lo que habíamos oído. En este momento realizamos un bonito y largo descenso por lo que, esta vez sí, parecía un auténtico desierto. Fueron los kilómetros más bonitos. Al final de este descenso enlazamos con el camino por el que habíamos pasado un rato antes, ya sólo faltaba el último tramo llano. Aún así decidimos hacer el final desde Albalatillo hasta Sariñena por carretera para no machacar más mi pobre culo.

A mi parecer no es una ruta tan llana como había oído, se me hizo dura pero no excesiva por lo que aconsejo que hay que tomársela muy en serio.

Distancia: 78'5 km.
Desnivel: 684 m.
Tiempo: 4h 48'.
Track en wikiloc (en realidad seguimos dos trakcs de dos años diferentes por lo que este no es la ruta íntegra que se realizará ese año).


Comienzo por los regadíos y vías agropecuarias

Tramo de bajada de la sierra

Camino a Las Vegas

Lo cierto es que hay buenas vistas durante el recorrido


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