jueves, 28 de noviembre de 2013

PLAN DE RUTA

Después de mis anteriores entradas a modo de presentación voy a empezar a comentar como voy a llevar a cabo mi puesta a punto para la Luchon – Bayona. Va a ser un camino difícil y sé de antemano, por experiencias pasadas, que llegaré falto de kilómetros para semejante distancia y dureza. Pero es lo que hay. Como todos, tengo que compaginar entrenamientos con ocupaciones laborales y otras cosas. Aunque mi experiencia en preparar este tipo de pruebas es limitada, sé que  sencillamente no puedo ni quiero llegar a junio con 9000 ó 10000 km en las piernas. Primero por capacidad, segundo por tiempo y tercero pero casi más importante: no quiero convertir esta experiencia en una obsesión, tengo más vida a parte de la bicicleta. No quiero subirme por las paredes, ni cabrearme con el mundo cuando llueva o caiga enfermo y no pueda salir a rodar. Aunque ya hace muchos años de cuando competía, me acuerdo perfectamente de la presión que suponía tener la obligación de salir a entrenar todos los días, sí o sí.
En un principio el plan de ruta parece sencillo. Quiero decir que es cuestión de acumular kilómetros y horas de sillín. Pero no es tan fácil, antes hay unos problemas o inconvenientes que hay que abordar. Como he comentado antes no voy a seguir un riguroso plan de entrenamiento, no hay ni ganas ni fuerzas suficientes. Como en años anteriores, aún esforzándome al máximo llegaré demasiado corto de preparación. Mi intención es hacerlo lo mejor posible durante estos meses y saber que si no sale bien la carrera por lo menos lo habré intentado lo mejor que sé. Y oye, de momento no he tenido que abandonar ninguna prueba con este sistema.
El segundo problema viene con el invierno. En años anteriores he observado que dejo aparcada la actividad física. No del todo, siempre cojo algo la bici, pero es insuficiente hasta para mantenerme un poquito en forma. Incluso el año pasa probé a salir lo máximo que pude pero… ¡el invierno es muy duro!.  Así que este año, sabiendo que todo el tiempo del que dispongo es poco, voy a intentar ponerme las pilas. Voy a mejorar mi estrategia y voy a intentar no parar de hacer deporte este invierno. Para ello, sabiendo que la bici es más “desagradecida” con el frío, he decidido ponerme a correr sin dejar de lado la bici, aunque saldré con la de montaña. Correr no es un deporte que me apasione, pero si se hace bien te mantiene en una forma espléndida, o por lo menos me evitará perder toda mi buena forma física, si es que alguna vez la he tenido, que es mucho decir. A correr se puede salir con frío, que no te afecta tanto como con la bici. A correr se puede salir incluso de noche si vives en la ciudad. A correr se puede salir disponiendo de poco tiempo, porque con 30’, por lo menos a mí, me da tiempo de pegarme una buena sudada. Y así, a día de hoy, ya estoy entrenando más resistencia que el año pasado a estas alturas.


Corriendo por mi pueblo, todo un placer.

Y, a parte de otros muchos detalles que ya iré comentando, tengo un tercer problema que de verdad hace peligrar mi aventura. Es un problema de columna, para nada de gravedad. Tengo escoliosis. Para resumirlo diré que mi columna es como un interrogante. No me impide hacer absolutamente nada, pero me provoca dificultades. En la bici se traducen en una mala posición en la bicicleta. Nada apreciable a simple vista, salvo para alguien que domine el tema. Al tener la columna desviada, todo mi cuerpo está descompensado. En resumidas cuentas lo que me pasa es que mi Isquion derecho (hueso con el que los ciclistas nos sentamos en el sillín) apoya mucho más que mi Isquion izquierdo. Esto me provoca mucho dolor en el apoyo, incluso a veces al poco rato, haciendo alguna prueba de las que he realizado muy dolorosa. Y esta es una de las primeras cosas en que pensé cuando se me ocurrió correr la Luchon – Bayona. Llevo mucho tiempo con este tema y me han visto muchos especialistas, y todos me han aconsejado lo mismo: “ponte a nadar”. Siempre me dio pereza. Eso de empezar un deporte nuevo por obligación me supone un esfuerzo de mentalización terrible. Pero como mis dolores iban en aumento y me había fijado un objetivo, decidí ponerme también a nadar. Primero por cuestiones de salud, y luego porque creo que nadar va a ser un complemento genial a la hora de seguir poniéndome en forma este invierno. Dicen que es un deporte muy completo y que es muy sano. De momento mi espalda ya va notando los efectos muy poco a poco. También espero ganar algo de masa muscular de un modo general para poder sacar de ella horas y horas de bicicleta cuando empiece el buen tiempo. Ahora sólo deseo que sean sin dolor de culo.


Este es mi pompis, en rojo se aprecia la excesiva presión del isquion derecho
Ya veis, si proponerme una marcha de ultrafondo no era suficiente, ahora tengo que correr, nadar, salir en bicicleta, enderezar mi espalda y trabajar, casi nada. Aunque poco a poco voy cumpliendo mis entrenamientos.

 
 Así pues, de cara a los próximos meses estas van a ser mis rutinas, incrementando distancias y tiempos de ejercicios progresivamente de cara a realizar salidas de más fondo que las actuales. Más adelante lo lógico será reducir el volumen de carrera continua y natación (la cual no deberé dejar nunca por completo) para acumular kilómetros de bici. Pero eso será más adelante.
 
 Me estoy planteando, cada final de mes, mostrar en el blog mis entrenamientos y salidas, para mostrar exactamente mis progresos o no progresos. Así se verá también que no sigo prácticamente ningún patrón y que salgo según mis sensaciones y no con un plan determinado.

1 comentario:

  1. hola me interesa mucho el tema de tus isquiones ,me siento representado con el mismo problema,agradeceria me brindes alguna informacon
    marcelo_orzanco@hotmail.com

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